El pueblo Ixcateco
SANTA MARÍA IXCATLÁN, LA VIDA ENTRE LA ARIDEZ
La oscuridad empieza a abandonar las montañas; Los primeros rayos del sol dejan asomar la aridez delLa tierra oaxaqueña. Los cactos y palmares sobresalen de entre el verde pálido de pequeños arbustos. se ven algunos rebaños de chivos y borregos pastoreados por hombres que aprovechan el momento para tejer un sombrero. Llegamos a Santa María Ixcatlán, municipio que pertenece al distrito de Teotitlán de Flores Magón, en la Cañada oaxaqueña.
En el centro de Ixcatlán se encuentra la iglesia, construcción de 1739, rodeada de viviendas modestas. Es la fiesta del Señor de las Tres Caídas. En la plazoleta se acomodan los vendedores provenientes de la ciudad de Oaxaca, de Tehuacán (Puebla), de Coixtlahuaca y también los comerciantes de la comunidad. Las cocineras se resguardan bajo las láminas de un pequeño mercado que sólo funciona en días especiales como éstos; entre cazuelas, comales, anafres y sillas buscan un lugar para dormir mientras dura la estancia de los devotos.
En los días de fiesta, los ixcatecos pueden comprar “milagritos”, rosarios, velas, ropa, calzado y también encaladas. El municipio le cobra 200 pesos a cada vendedor, más una cooperación por el consumo de agua. Frente a la parroquia se ubica el parque con su quiosco color naranja, el cual tiene “su historia”, pues fue construido con urgencia porque el entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo (1996-2000), anunció su inesperada visita. En seguida está una cancha donde los jóvenes juegan al basquetbol y al futbol. Por último se observa el palacio municipal, que ostenta arcos delineados con pintura azul y el resto de las paredes son de tono naranja, al igual que el quiosco. Desde aquí gobierna Filemón Salazar, actual presidente municipal (2006), en su oficina tiene un escritorio y una máquina de escribir, y en la pared cuelga un cuadro con la imagen de Benito Juárez y otro con la fotografía del Gobernador del Estado. Muy cerca se encuentra el cabildo.
En este lugar están organizados bajo el “sistema tradicional de usos y costumbres”. La “modernización” llegó a Santa María Ixcatlán en el año 2000, cuando se pavimentaron las tres calles principales: la alta, la central y la baja. Los oriundos del lugar decidieron dejar atrás el añejo empedrado y sustituirlo por cemento, en el que se plasmaron detalles pintorescos como flores, nopaleras, piñas, corazones, colibríes y, por supuesto, la fecha de la obra, que se realizó con financiamiento estatal y municipal y estuvo a cargo de un albañil del pueblo.
En la comunidad se observan tres tipos de vivienda: las de tabique (las más ostentosas son de dos plantas y se encuentran deshabitadas porque sus dueños viven fuera del pueblo), las de adobe o de cantera blanca con techo de tejas y las de paredes de quiote, techadas con palma, que son la mayoría. Los cactos y las nopaleras marcan la frontera entre los solares, aunque hay familias que prefieren delimitar con alambre de púas o malla ciclónica.
Todos los hogares cuentan con un altar en donde colocan imágenes religiosas acompañadas de veladoras y flores naturales y artificiales La mayoría de las cocinas están construidas con quiote y palma blanca, material que permite la ventilación del humo de los fogones. Los braseros se colocan sobre el piso de tierra o sobre una base de tabiques, procurando una suficiente distancia del techo; a un costado se pone el metate, que sirve para moler el nixtamal y con él hacer las tortillas. A las horas de comida, son el punto de reunión familiar. En el patio de cada casa se crían gallinas y cerdos; también hay pequeñas huertas, que dependen de las eventuales lluvias.
Otro espacio primordial son las “cuevas”, cavidades en la tierra donde se coloca la “palma media sierra” para humedecerla y suavizarla, y cuando está lista se tejen los sombreros o “charros”. Hasta hace poco, las casas también contaban con temascales que eran utilizados por las mujeres en puerperio o para curar diversas enfermedades ligadas al “mal del aire” y la tristeza; pero desde 1990, cuando se estableció la clí- nica de salud, se dejó de lado esta práctica. Hoy sólo subsisten tres temascales, por demás inútiles.
En los atuendos de las mujeres, los mandiles son una prenda básica. Todas ellas los exhiben con orgullo. Sus colores alegres, los encajes y los bordados de flores y aves los convierten en una prenda característica de la región. Las ixcatecas cuentan al menos con tres mandiles: uno para los quehaceres domésticos, otro y uno más, el mejor conservado, para las fiestas. El calzado que usan a diario son los guaraches de plástico; los zapatos se reservan para las grandes ocasiones. El rebozo negro también forma parte del atuendo de la mujer ixcateca, así como el peinado de dos trenzas. La enagua y la blusa con espiguilla, ropa típica, quedaron en el recuerdo, pues desde hace varias décadas dejaron de elaborarse.
Los hombres visten pantalón de tela delgada y camisa de manga larga para protegerse del sol, sombrero o gorra, y zapatos o guaraches de dos correas cruzadas al frente. Los más jóvenes usan pantalones de mezclilla y camisetas con estampados diversos; algunos calzan tenis; otros, botas de piel. Toda la indumentaria la compran en los pueblos más grandes o en Ixcatlán durante los días festivos, cuando llegan comerciantes de las ciudades cercanas.
*Nota sobre las autoras
Clara Nava Reyes es antropóloga social por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Ha desarrollado estudios etnográficos entre los chinantecos de Valle Nacional, especialmente sobre el tema de mujeres indígenas, y también entre los ixcatecos en el estado de Oaxaca.
Monzerrat Romero Luna es antropóloga social por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Desde 2003 desarrolla estudios sobre dinámicas sociopolíticas, medio ambiente y economía campesina entre los chinantecos en Oaxaca y más recientemente entre los ixcatecos. Las autoras dedican este trabajo al Dr. Leonardo Tyrtania Geidt.
Publicado originalmente por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)
Comentarios
Busca en Todo Oaxaca