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Crónica de la semana de Rubén Vasconcelos Beltrán, 7/Julio/2014

por / lunes, 07 julio 2014 / Publicado enÚLTIMAS

todooaxacaradio.com

7/julio/2014

Por: Rubén Vasconcelos Beltrán

El primero de julio del 2014, falleció don Luis Fernández del Campo Moguel, noticia que ensombreció el rostro de muchos de los que lo conocimos y tuvimos la oportunidad de tratarlo por diferentes razones ya que fue un hombre que durante su vida se dedicó al trabajo y a construir un círculo interminable de amigos quienes le reconocían su conocimiento sobre las costumbres y tradiciones de Oaxaca pues como los de su generación vivieron de cerca lo que fue una ciudad tranquila, sin tantos automóviles, en la que las familias se conocían y establecían lazos de amistad por los negocios que realizaban, por compadrazgos, porque los hijos asistían a la misma escuela y otras cosas más que permitían una convivencia fraterna la cual se prolongaba por años.

Contaba que provenía de una familia de rancio abolengo oaxaqueño su tatarabuelo fue gobernador del estado y llevaba el mismo nombre, los primeros años de estudios los hizo en esta ciudad pero decidió hacer la preparatoria en la ciudad de México, pero por razones familiares tuvo que volver y entregarse de lleno a administrar y acrecentar junto con su hermano Gerardo lo que su padre había cultivado durante toda su existencia.

Don Luis tenía la característica de ser un hombre sumamente organizado y eso se los digo porque me dio la oportunidad de colaborar con él durante algunos años cuando iniciaba mi carrera de licenciado en Administración de Empresas y me dedicaba con mis maestros los licenciados Jack Lartigue Gordillo y Guillermo García Manzano, al estudio e implantación de sistemas de trabajo en las empresas. Nunca emprendía una tarea si no la había pensado bien y establecido un esquema de las acciones que iba a tomar pero es más, con una gran frecuencia hacía un alto y evaluaba los resultados que iba obteniendo para reemprender la tarea con mayor seguridad.

Su negocio lo conocía a la perfección, sabía quién era cada uno de sus proveedores, la calidad de los productos que ofrecían, sus formas de operar, lo mismo de sus clientes y no se diga de sus trabajadores, era un acucioso observador por eso sus decisiones eran casi siempre muy acertadas. Cuando algo le interesaba iba al fondo del asunto, nunca lo dejaba a la mitad, le gustaba plantearse objetivos pero sobre todo cumplirlos y perfeccionarlos, en eso estuvo la clave de su éxito, por ello llegó a ser en Oaxaca uno de los más prósperos comerciantes en su ramo, por eso fue tan respetado y aceptado en los círculos que frecuentaba como clubes sociales, financieros, comerciales o de amigos que se reunían periódicamente para la bohemia como él decía, tardes o noches en las que se leía poesía, se escuchaba y ejecutaba música muy variada o se jugaba una “partidita” de dominó.

Don Luis se casó con una mujer maravillosa doña María de los Ángeles Ursúa, la que lo auxilió en cuanta tarea emprendió, siempre estuvo a su lado, y como él decía: “Ella fue una gran escultora que modeló a sus hijos conforme a sus cualidades, los hizo hombres y mujeres útiles, sensibles, amistosos y emprendedores”, y les llamó Luis, Carlos, Luz María, María de los Ángeles y Martha Elena, hoy ellos como él emprendieron su camino y construyen su destino con la fortaleza, con la seguridad, con la disciplina que él cultivó en cada uno de ellos y que ha sido su regla de conducta y también de éxito.

Don Luis Fernández del Campo con sus compañeros y amigos de la Asociación de Empresarios y Ejecutivos de Oaxaca.

Don Luis Fernández del Campo con sus compañeros y amigos de la Asociación de Empresarios y Ejecutivos de Oaxaca.

Durante muchos años lo vi llegar puntual a las reuniones de la Asociación de Empresarios y Ejecutivos de Oaxaca, los miércoles, escuchar con atención las exposiciones de los conferenciantes invitados y al final de sus intervenciones hacerles preguntas u observaciones muy puntuales pues era un hombre culto, leía mucho, se enteraba con toda puntualidad de lo que pasaba en Oaxaca, en México y en el mundo, lo analizaba y se formaba su propio criterio con base en las experiencias vividas; no era adulador, simplemente decía lo que tenía que decir de una persona, reconocer la verdad pero también señalar lo que le parecía un error o una falacia. Le preocupaban las cosas que pasaban en Oaxaca y decía el porqué, participaba en acciones de carácter social públicas o privadas para lo cual no escatimó recursos por ello recibió en los últimos años el cariñoso reconocimiento institucional de algunas de ellas.

Cuando presentó en el teatro Macedonio Alcalá algunas de sus tantas creaciones poéticas musicalizadas mostró su profundo amor por Oaxaca, pues canta al paisaje multicolor, a las costumbres y tradiciones, a la mujer, a todo aquello que marcó en su corazón sensible una huella imborrable. Creó con su amada Malú -con la que compartió su vida desde hace dieciocho años y quien no se separó de él en ningún momento-, un ambiente único, de fiesta, de juego de voces, de luces y sombras, de formas, de color, con la sonrisa y el colorido de la vestimenta de bellas mujeres y el fondo musical de nuestras bandas. Una fiesta oaxaqueña inolvidable.

Raro, no es frecuente que un hombre dedicado a los negocios, a las finanzas, a los cambios bursátiles, se acoja al sabor y aroma del arte y la cultura, las cultivó con sincera y fervorosa pasión porque cuando de eso se trataba en su expresión se dibujaba el gusto y la alegría que causaban en el fondo de su alma.

Al hablar de don Luis, recuerdo lo que el dramaturgo y poeta Bertolt Brecht, afirmó: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles» y la verdad es que a pesar de su ausencia física está presente porque en los mejores o en los peores momentos de nuestra existencia llegaran a nuestra mente una palabra, un punto de vista, una actitud o una conducta, ocultos en el recuerdo, que iluminen los senderos y nos empujan a redoblar esfuerzos. Esos hombres son los verdaderos maestros, los que marcan el camino de sus semejantes los que están ahí, siempre, en el preciso instante.

Cuentan sus hijos que una gran lucidez lo acompañó hasta los últimos momentos; pidió en esos días escuchar música, no se olvidó de Mozart o de Bethoveen, no se olvidó de los grandes compositores de la música popular mexicana, no se olvidó de sus poemas y de sus propias composiciones, no se olvidó de sus amigos y leyó cuanta nota le enviaron. Murió tranquilo porque construyó su paz, porque creyó en la voluntad divina, porque cumplió en todo momento con las encomiendas que Dios le hizo, y pidió que su cuerpo fuese acompañado por las calles de la ciudad con las notas y  acordes con los que se inspiró en sus noches de bohemia o en el rincón de su soledad creadora.

Arrancó el programa Guelaguetza 2014

Obra de José Edgar Velasco Santibáñez: Danza de la Conquista. Guelaguetza 2014.

Obra de José Edgar Velasco Santibáñez: Danza de la Conquista. Guelaguetza 2014.

Ante la presencia del gobernador del estado, Lic. Gabino Cué Monteagudo, el secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, dio a conocer en un acto que se llevó a efecto en el teatro Macedonio Alcalá el primero de julio pasado, el programa de actividades que se realizarán con motivo de la celebración de la Guelaguetza 2014 en el marco de los lunes del cerro el 21 y 28 de este mes de julio, dando a conocer que el gobierno del estado instituyó una presea denominada Medalla Guelaguetza, que se impondrá cada año a aquellos que por 25 o más años haya cooperado en la promoción u organización de la Guelaguetza, esto con el propósito de reconocer su gran esfuerzo con el fin de preservar la máxima fiesta folklórica de nuestro estado.

En esta ocasión, dijo, la medalla se impone por primera vez a cuatro personas que son una muestra de dedicación y entrega a su encomienda como es el caso de la señora Margarita Toledo de García, integrante del Comité de Autenticidad y quien junto con otras personas recorre desde el mes de marzo hasta julio, las comunidades que solicitan su inclusión en la gran fiesta, con el fin de revisar su vestuario, música, originalidad, gastronomía, etc.

A Gustavo Pérez Jiménez, quien lleva más de cincuenta años conduciendo con su voz el gran espectáculo con la participación de las delegaciones de las ocho regiones del estado, a doña Soledad Díaz Altamirano, presidenta de la Asociación Folklórica Oaxaqueña y también miembro del Comité de Autenticidad y al señor Alberto Javier González, coordinador en la organización de la presentación de la Guelaguetza, por más de 25 años al servicio de los oaxaqueños. Los aplausos que recibieron estas personalidades fueron copiosos y muy merecidos porque un gran número de personas los conocen y saben del gran empeño que ponen en sus tareas con el propósito de que nuestra fiesta máxima luzca en su máximo esplendor y se siga cultivando en el corazón de los oaxaqueños y de todos aquellos que nos visitan.

Semana de Cine Mexicano

Semana Cine MexicanoEste lunes 7 de julio se inicia en el teatro Macedonio Alcalá la Semana de Cine Mexicano con una película titulada POTOSÍ, dirigida por Alfredo Castruita; el 8, se presenta Lluvia en los Ojos, de Rita Basulto y Somos Maripepa, de Samuel Kishi Leopo; el 9, Lejanía, de Pablo Tamez Sierra; el 10, Mi vanidad, de Francisco Bautista Reyes, y González,  de Christian Díaz Pardo; el 14, La Carta, de Ángeles Cruz, y las Horas Muertas, de Aarón Fernández y, Los Hamsters, de Gilberto González Penilla, el 15 de julio.

Es muy interesante saber que este cine lo hacen jóvenes de las nuevas generaciones egresadas de las distintas escuelas de cinematografía, que buscan otras formas de expresión, que quieren captar lo que en las calles, en los rincones de las ciudades se da cotidianamente, ese México presente pero a su vez oculto, ese México que no queremos ver, que no nos interesa o no deseamos que exista o más bien no creemos que exista. Un cine que no es el cine de arte como tal sino es el cine que se hace para captar la realidad y mostrarla a los ojos de los demás.

Es un cine que respeta lo que se ha hecho en esta materia pero que quiere poner lo propio, de su tiempo, en su tiempo, con su técnica y tecnología, por cierto no suficiente y a veces rudimentaria pero ingeniosa, que busca agradar, divertir, crear conciencia, sorprender, amar lo que tenemos, lo que nos rodea, que nos impulsa a reflexionar y a cambiar, a mejorar, a ser más humanos. Esta muestra recorrerá varios estados de la república, éste, el de Oaxaca, es uno de ellos, pero la verdad es que cada vez hay más jóvenes interesados en este arte, en hacer este arte, en hacer su arte, en decir, en hablar, en quererse dar a entender, a ser escuchados.

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