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El tornado: Crónica Semanal de Ruben Vasconcelos Beltrán, 01/Jun/15

por / lunes, 01 junio 2015 / Publicado enÚLTIMAS

todooaxacaradio.com

01 de junio de 2015

Por: Ruben Vasconcelos Beltrán, Cronista de Oaxaca

Siempre es importante referirse a algunas de las tantas cosas que suceden en otras partes del país y del mundo, porque nadie está exento de que algo semejante acontezca en el lugar en donde habitamos, por ejemplo, no sé cuántos recordemos que cuando el ciclón Paulina los pobladores de algunas comunidades de tierra adentro en la Costa se admiraron de que el viento y la lluvia había arrastrado con su furia hasta su hábitat, objetos de distinta naturaleza, inclusive peces marinos, y eso nunca antes lo habían imaginado. Lo actual es la presencia y los daños que causó un tornado en ciudad Acuña, Coahuila, en donde la gente ya se preparaba para iniciar un nuevo día común y corriente, eran las cinco de la mañana, llovía intensamente como en muchas otras ocasiones, el cielo tronaba, pero nunca se imaginaron que de pronto los avasallara el más devastador de los tornados habidos en la región  y como lo ha informado la prensa nacional sólo fueron seis segundos y cientos de casas se derrumbaron, hubo trece muertos y como doscientos heridos, y la gente perdió el patrimonio que seguramente había logrado durante varios años.

Tornado en Ciudad Acuña

Quizás en Oaxaca y en particular en la ciudad no se presente un Tornado porque las condiciones ambientales no los favorecen, las montañas aledañas son nuestro gran aliado protector, pero sí tormentas fuertes, para lo cual todos debemos estar preparados y corresponde a las autoridades de protección civil municipal, estatal y federal, decir qué precauciones se deben tomar para evitar daños irreversibles a los bienes y personas. No olvidemos que ésta temporada de ciclones ha sido catalogada como “activa”, periodo que ya se inició y nunca sabemos hasta donde se puede llegar pues cualquier fenómeno tiene su inicio y depende de las condiciones ambientales para disminuir su potencialidad o aumentarla y eso es lo que nos debe guiar para tomar las medidas que se crean pertinentes antes de que se presente algún percance.

CONGRESO DE ARQUITECTURA

En la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo, se llevó a cabo la semana pasada el 1er Congreso Internacional de Cultura, Patrimonio y Sostenibilidad 2015, al que asistieron connotadas personalidades en el mundo de la arquitectura y la investigación en este campo. Las ponencias fueron notables como también la asistencia de los alumnos quienes escucharon atentos aunque también tuvieron la oportunidad de intercambiar puntos de vista con los ponentes y  esa es la parte más importante en una actividad académica de éste tipo.

El miércoles 28 se presentó un libro por demás interesante cuya autora es la maestra en arquitectura Rosa María López Oliver Farías, titulado “Puesta en valor de sistemas constructivos de las haciendas en Oaxaca”, las cuales tuvieron un gran significado para la población sobre todo en los siglos XVIII y XIX, aunque algunas de ellas prolongaron su vida hasta principios del siglo XX, para luego desaparecer. Estas haciendas generalmente se establecían en donde había condiciones para las tareas a las que se iban a dedicar principalmente la agricultura y la ganadería, en el caso del valle de Oaxaca se recuerda a la de Montoya que es la materia de este libro, Hacienda Blanca, El Rosario, La Noria, Candiani, la de Lazo, en fin, por lo que nos cuentan los cronistas había más de veinte y todas altamente productivas, en las que se empleaba una buena parte de la población de la ciudad y de las comunidades que pueblan los Valles Centrales.

ex Hacienda de Montoya

Tocó al maestro Francisco Covarrubias Salazar, ex director de la facultad y catedrático de la misma, presentar a la autora y hacer algunos comentarios sobre su contenido. Nos dijo que ella es originaria de la ciudad de Monterrey en cuya Universidad  estudió la carrera de arquitectura, llegando a ser catedrática de las materias de Dibujo Introductorio, Teoría de la Arquitectura y Elementos de Construcción, y por razones personales se avecindó en esta ciudad y dada su experiencia y conocimientos se inscribió en la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo, para hacer la maestría en Restauración obteniendo el título de Maestro, pero su inquietud no termina ahí, actualmente estudia en la misma facultad el sexto semestre del doctorado en restauración.

Paralelamente ha procurado no alejarse de la academia porque considera que la mejor forma de mantenerse informada sobre lo que sucede aquí, en otros estados o en otros países del mundo porque eso permite mantenerse actualizado y conocer qué se puede hacer cuando se tiene ante sí un problema porque en México y sobre todo en Oaxaca hay muchas cosas que exigen de los cuatros sentidos para entender el qué y el cómo le hicieron nuestros ancestros para construir lo que ahora vemos a nuestro alrededor en materia de sistemas constructivos, razones en la utilización de algunos materiales de la región o existentes en otros lados, colores utilizados, tamaños de los espacios, tipos de techos, solución en el abasto o desalojo del agua, iluminación, en fin, tantos y tantos factores que deben ser tomados en cuanta cuando hay que entrar al campo de la restauración de un conjunto arquitectónico y más cuando son de la naturaleza del de Montoya, hacienda que fue tomada como referencia para la realización de este trabajo.

La maestra Rosa María nos dice en su texto que la Hacienda de Montoya surge en el siglo XVII y se constituía de un vasto territorio que se fue ampliando conforme pasó el tiempo hasta llegar a ser una de las de mayores dimensiones, la cual se localiza al poniente de la ciudad de Oaxaca en las postrimerías del complejo montañoso de Monte Albán, San Pedro Telixtlahuaca y Santa María Atzompa, además de colindar con el Río Atoyac, lo que le permitió ser productiva y como consecuencia de gran impacto para la vida socioeconómica de los habitantes de la ciudad, pero además fue paso obligado de los que venían del actual altiplano mexicano y viceversa.

Lopez Oliver

La señora Maríanela Bustamante Cox, “Patricia Cox”, destacada y recordada escritora oaxaqueña nos cuenta en uno de sus hermosos libros muchas cosas de su niñez, entre ellas, cuando llevaban sus padres a ella y a su hermana a la Hacienda de Montoya porque los propietarios eran los Bustamante y ella pertenecía a esa familia, por ejemplo, nos habla de cómo era el Río Atoyac, de su peligrosidad en la época de lluvias, de los juegos y aventuras que les permitió a ella y a sus familiares, de los árboles que había, de lo que se sembraba, de la algarabía en los días de cosecha, en fin, de tantas y tantas cosas que cuando se leen esas páginas parece que todo es fantasía, pero no, fue todo una realidad, aunque todo eso ya desapareció y sólo quedan vestigios de los muros de la hacienda, pero que con algunos elementos reconstruye la autora.

La maestra Rosa María aporta una gran cantidad de información histórica, de la posible estructura arquitectónica de la Hacienda, de los usos y tamaños de cada espacio, de los materiales que se utilizaron en su construcción; también hace una comparación con otras como al de Lazo y la del Rosario, y establece sus teorías y como dijo el maestro Covarrubias, quizás en el campo empresarial se ha perdido un magnífico elemento pero en el terreno académico y particularmente en el de la investigación de la arquitectura se ha ganado a una mujer con una gran capacidad de análisis, observadora, inquieta, que no se detiene hasta encontrar la razón, el origen, de lo que lo que le llama la atención y que se convierte en su premisa mayor.

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Cabe mencionar, dijo el maestro Covarrubias, que esta publicación es el resultado de la aportación de conocimientos y haber sembrado dudas necesarias para poder sumergirse en el ámbito de la historia, teoría y a la tecnología de la arquitectura y en eso es justo mencionar a los maestros Rubén Rocha Martínez, Carmina Fernández de Lara y Oscar Vega, que influyeron para hacer realidad esta publicación y también todo lo que pudo encontrar en fuentes que permiten establecer un criterio único y definido como son las cartas de Atenas, Venecia, y de Cracovia, entre otras, aunado todo esto al análisis del pensamiento teórico de autores como Viollet Le Duc, John Ruskin, Gustavo Giovannoni, Ambrogio Annoni, Gazzola y Panne y de los mexicanos Villagrán García, Carlos Chanfón Olmos, Salvador Díaz Berrio, lo que le da un contenido conceptual a este trabajo que se convierte desde ahora en un punto de referencia, de consulta para todos aquellos que por curiosidad, por necesidad o para ampliar su cultura, desean conocer lo que en este campo se logró en aquellos años en que las haciendas fueron el corazón en la vida comunitaria y que es un tema recurrente a nivel nacional como telón de fondo del escenario que invita a voltear la cara a aquellos días.

SALA ZINZABURO TAKEDA.

Hace algunos días pasé por la Escuela de Bellas Artes de la UABJO, ubicada al oriente de una gran explanada con gradería construida toda de cantera verde y que conocemos como Plaza de la Danza y me llamó la atención ver una de sus puertas abierta y con una cartelera del lado izquierdo; me acerqué y en la cartelera dice: “Sala Zinzaburo Takeda”, claro, todos sabemos que el maestro es de origen japonés y que se avecindó hace algunos años en nuestra ciudad, pero lo relevante es la gran tarea que ha hecho al interior de la Universidad y en particular en la sección artes plásticas, tan es así que sus alumnos lo ha reconocido en muchas ocasiones en cuanto a su sapiencia, su habilidad, sus conocimientos, pero sobre sobre todo su sentido humano y desinterés para transmitir lo que sabe.

Ahora, en este lugar, se exhiben las mejores obras de algunos de sus alumnos y estos ya le pusieron su nombre a la galería, pero lo trascendente es que cada una de las obras nos demuestran la calidad de estos jóvenes, su creatividad, su destreza en el dibujo, en el conocimiento del cuerpo humano, sus expresiones, colorido, manejo de la línea; los materiales que en la actualidad se cuentan por miles, las distintas técnicas de aplicación, etc. Es muy estimulante saber del gran esfuerzo, dedicación, entusiasmo, de los jóvenes universitarios, en estas tareas que tanto estimulan el ánimo personal y de la gente, pero que además, se comprueba la gran capacidad creadora de los oaxaqueños que siguen a la vanguardia en el mundo del arte joven.

 

 

 

 

 

 

 

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